22 nov 2011

¿Qué se vislumbra hacia adelante?

     Conforme se acerca el final del año 2011, el entorno mundial perfila los matices de una nueva etapa del sistema que predomina, el capitalismo financiero. Las grandes corporaciones, hoy en día presentes cada una en múltiples sectores de actividad, con una enorme concentración de decisión, de manipulación mediática, de poder económico y político en cada vez menos personas, evidencian más sus intenciones de reproducción y sobrevivencia muy por encima de las leyes internacionales y de los estados-nación tal como los conocemos hoy. En contraparte, las izquierdas se han difuminado en múltiples grados de connivencia progresista con el sistema en aras de su búsqueda por encabezar gobiernos que alberguen políticas capaces, en mayor o menor medida, de aminorar el innegable proceso mundial de concentración del poder, y con ello mantener políticas sociales, ya no que confronten sino que aminoren la brutal polarización del ingreso y la creciente ansiedad existencial e incredulidad ciudadana en las instituciones y políticas económicas y sociales.
     Por supuesto hay gobiernos democráticos electos, como el gobierno de Lula en Brasil por citar alguno de ellos, los que han llegado más allá en la instrumentación y puesta en práctica de sus políticas sociales, la planeación y normatividad económica y en algunos importantes esbozos de cómo mejorar la repartición del ingreso. Todo ello son factores que sin duda incrementan la capacidad de maniobra de muchas políticas sociales y de impulso económico al ampliar las posibilidades y proyección de sus propios mercados internos. Pero en el fondo, es muy probable que ese crecimiento vaya, tarde o temprano, en favor de esa plutocracia que se verá fortalecida cuando se presenten las crisis recurrentes en el sistema económico local o aquella que se ha ido transparentado como estructural desde el voraz sistema financiero. Sin embargo, en ello se comprueba la necesidad de contar con un sector empresarial nacionalista.
     Los "más ilusos" bien podríamos estar pensando que si bien ese viento nuevo al gran capital arreciará la tendencia de las grandes contradicciones, polarizará brutalmente y sin medida alguna la concentración del ingreso económico mundial, se reservará el uso de la ciencia para beneficio propio y provocará la baja en los niveles de las prestaciones sociales y la salud de miles de millones en la población mundial, tendrá todo ello, en paralelo, la generación de amplios movimientos por la defensa de sus derechos, se generarán nuevas modalidades de organización popular así como mecanismos y medios de informar a amplios sectores con capacidades de enfrentar y confrontar con una multiplicidad de acciones tales políticas regresivas. Como tal, ese proyecto del gran capital hará estallar rebeliones en muchas regiones y, careciendo cada vez más de argumentos sociales dentro de los esquemas demócratas, habrá represión y una maniática manipulación mediática de la opinión internacional. 
       De ello se deriva que deberán fortalecerse aquellas instancias que puedan movilizar y frenar los visibles retrocesos en las prestaciones sociales -producto de muchos años de luchas de los trabajadores- que, "en aras de la mejor situación de la economía", buscará imponer el sector financiero-empresarial a través de los aparatos dentro de la esfera mediática y política sobre los que ejerce de formas multi-variadas un enorme poder e influencia.
     Tras los enormes avances de los gobiernos de Occidente por socavar la fuerza y unidad del Islam, la mirada de las cúpulas del poder se entiende que volverán la mirada hacia los mecanismos y medios para alimentar de información motivante de inutilidad y abulia a las grandes capas de la sociedades occidentales. 
     Dada la creciente especialización de la tecnología al servicio de las fuerzas de seguridad y "orden", detonada por el atentado a las torres Gemelas, se dificultará el desarrollo de los movimientos sociales, únicos con la capacidad para engendrar esa nueva generación de utopías necesarias para la sobrevivencia y bienestar de la humanidad y del planeta.