TE LO MANDO A TI IÑAKI PORQUE SÉ QUE HARÁS
LO CORRECTO CON ESTE TEXTO.
CW.
Carta a Enrique Peña Nieto
Dada mi edad me referiré a tí con esa familiaridad, sin medir
por ningún lado si tus cargos habidos, y a los que tanto acudes para
presentarte, me reflejen, o no, respeto alguno.
Ya no es tal vez el momento, o quizás nunca lo será, pero me
sentaré un rato a procurar arrimarte algunos consejos que provienen de un viejo
ser humano que pasó ya por diversas sendas, pero que al final, o al menos
ahora, se siente bien consigo mismo por haber sido, al decir de mis amigos,
siempre eso, un ser humano congruente.
Tu has centrado tantas cosas en tu campaña en ufanarte de tí
mismo, no de logros personales sino que has arrebatado aquellos que tu gente
realizó o aterrizó, mientras que tú solo ordenabas o recibías las ideas y los
proyectos concretos.
Es fatuo, cuando uno ha estado en un cargo de poder teniendo
abajo a numerosos subalternos, dedicarse a hablar de los logros, que más que
ser de uno mismo, lo son de los equipos que trabajan en las diversas áreas, y
de los trabajadores y albañiles cuando de obra pública se trata.
Es terrible no dar crédito de los supuestos logros a todo el
equipo que finalmente los lleva a cabo. Sabemos ahora también que en aras de
sumar números muchos de esos proyectos, en obras principalmente, fueron
abandonados antes de ser terminados o, sencillamente, no se realizaron. Sabemos que, en tu estadística, has eliminado conceptos que integran las complejas cifras y los rubros más escalofriantes quedaron fuera, armados desde el poder con ausencias en tantos campos que jamás has sabido manejar.
Ufanarse de que son obra de uno mismo no solo es falso sino
refleja actitudes déspotas cuando del poder se trata. Y de ello depende también
esa imagen, esa percepción desde el punto de vista ciudadano, de la vanidad y
ambición desmedida que lleva en las entrañas el político que se ufana de un
logro específico en singular.
Claro, todo ello es sin duda un reflejo de ese viejo lenguaje al
que comenzábamos a desacostumbrarnos, ese lenguaje de frases hechas, acartonado
y fatuo; lenguaje que esquiva los recovecos obscuros, que desecha los desvíos y
actos de corrupción para conseguir un objetivo, lenguaje que estriba en la
vieja concepción de la escuela priista que concibe que "la forma de
presentar y cacarear es el verdadero contenido".
Tenían que enseñarte los jovenes, quienes maravillosamente han,
de nuevo, tomado las calles ante tanta mentira y tanta maniobra para presentar
la información de las realidades de nuestro país, para que te dieras cuenta de
que tu altanería está lejos de resultarte en algo positivo, sobretodo si
entendemos tu escasez de bagaje en la lectura de la cultura universal. Esa
altanería es tan solo un cascarón, tan hueco como el lenguaje que utilizas
(podrías al menos buscar sinónimos, por ejemplo, del concepto de
"señalamiento" y ahondar tu investigación hacia la definición y
evolución del término "respeto").
Es absolutamente falto de credibilidad tu giro hacia ese, tu
denominado "manifiesto" toda vez que nadie, en su sano juicio, será
capaz de aceptar que desdeñas ahora tu gran ambición de poder la que se
encuentra muy por encima de tu amor a México...
Ya no sé si continuar dado que es tan absurdo que sea alguien
como tú quien ha logrado encabezar a ese mounstruo de decenas de cabezas y
marasmos ideológicos que ha sido y sigue siendo el partido del que eres
miembro.
Sea pues, hasta aquí estas primeras observaciones que seguro los
espías de tu partido encontrarán rápido en redes si mi amigo publica esta
misiva.
Te deseo una derrota que te enseñe realmente como es este país
cuando se despierta.
Ya comenzaron los jóvenes a exigir a todos por la dignidad de
ser, esperemos que también tengas la curiosidad de buscar en algun libro qué significa ese fenomenal término... "dignidad".
Atentamente
CW
Bravélico