3 jul 2014

Y sí, vaya que te quiero...

Te quiero como el deleite de las mañanas verdes.
Te quiero bajo la hoja caída de aquél viejo ciprés.

Te quiero como te añora ésta pluma fuente,
que es necia y solo escribe tachones con tu nombre
sobre este cuaderno, encima de la mesa de este café
y en la silla de enfrente se vuelve nítida y coqueta
tu imagen una y otra vez.

Te quiero sobre la sábana
que te añora en cada arruga y cada doblez.

Te quiero en tu sonrisa que deja llena de luz las aciagas tardes
en las que las letras no tienen sentido al buscar su palabra,
no embonan ni explican mi insensatez.

Te quiero en mis mariposas estomacales
cuando espero con esas ansias naranjas tu llegada.

Te quiero con esos, tus ojos
que atraviesan las barrancas de mi ser, sin pisar,
solo abriéndose irremisible el paso con tu mirada en la mía.

Y tu, tu preguntas si te quiero...