6 sep 2015

La agrupación política de Morena en el momento actual en las entidades del país, un Partido-Movimiento

Seamos claros, la construcción de Morena tiene ya una historia. Hoy, la coyuntura política actual ha llevado al punto de que el descontento frente a las castas políticas es enorme, así lo indican las actuales encuestas. Morena está en la mira de los próximos ataques de los diversos partidos, mermados o no en su credibilidad. Construir y levantar la militancia de un partido, con una excepcional carga de esperanza manifiesta en cada vez más sectores de la población, es un gran reto. Los nuevos espacios ganados a pulso en las pasadas elecciones, tanto federales como locales, en ciertas entidades como el distrito federal, comienzan a demostrar esa necesaria austeridad republicana, que confronta la opulencia de las castas políticas. Tenemos un gran reto enfrente, construir un partido en todos los rincones, solidario con las causas más sentidas de la población, particularmente de las clases más fustigadas por el sistema tan ridículamente entregado a las aristocracias del sector empresarial y financiero aunado a las grandes transnacionales. Dragones que queman la vida y el futuro en aras del poder y la satisfacción de sus propias avaricias. Tenemos también pueblos originarios que nos enseñan a cuidar a este planeta con una concepción distinta de la hoy decadente cultura occidental, tenemos grandes sectores campesinos, proletarios, pequeños comerciantes que comienzan a creer y aplicar lo colectivo, no solo en la defensa y seguridad, sino en toda una gama de actividades de lo que significa esa cultura del colectivo, esa cultura de la ayuda mutua, y se comienzan a organizar para tales efectos. La ya larga incredulidad en los sindicatos blancos y charros se revierte en los barrios y comunidades. Las comunidades comienzan a frenar los proyectos que explotan sus recursos desde afuera y merman la riqueza ecológica del la madre tierra, el acceso al agua, las labores de labranza y ganadería, el cuidado de bosques y selvas. Insecticidas venenosos, minas, fracking, gasoductos y tala que disminuyen la vida y la sustentabilidad. Hagamos crecer esta cultura colectiva, formemos una militancia digna de las expectativas y esperanzas del pueblo mexicano. Gran tarea y responsabilidad de un partido que es a la vez movimiento y contendiente en las instituciones políticas locales y federales. Apoyemos las iniciativas ciudadanas, crezcamos al lado de ellas, en la urbe y las comunidades apoyemos esa cultura del colectivo, como el Congreso Nacional Ciudadano, los docentes y muchas más; ONGs, ACs que despiertan o que tienen ya formas y experiencias organizadas de apoyo a causas específicas... Gran tarea, grandes responsabilidades que no pueden dejar de ser incluyentes y dejar atrás al sectarismo. ¡No más presos políticos, no más asesinatos y acoso a periodistas! Nos faltan los 43 y cientos, miles más en las listas de desaparecidos... Creemos las condiciones para quitar al poder corrupto, e inútil frente a las necesidades populares. ¡No a los recortes educativos, por una educación más libre, que enseñe desde pequeños a pensar y dudar! ¡No a los amagos de transferir actividades de atención a la salud a las clínicas privadas!. ¡Por una mejor y mayor inversión en el mejoramiento y expansión de la atención pública a la salud! Seamos colectivo y no secta...

21 mar 2015

Efecto centrífugo, la paradoja

La obsesiva estrategia, trunca por cierto, del Gobierno de EPN para hacerse de las riendas de todas aquellas políticas que están consideradas en el magro proyecto del grupo inmediato a la presidencia es, simple y sencillamente, un juego de mesa en el que la silla presidencial busca afanosamente hacerse de las riendas de antaño, teniendo en manos de los pinos toda decisión de importancia en todos los campos. Para su pesar, el proyecto de regreso a ese presidencialismo, base del priismo de veinte años atrás, no ha estado bien orquestado y no hay quien tenga idea de como dirigirlo. La casta, sin casta ni tablas, sentada alrededor de la silla presidencial tiene obtusas y poco prácticas maneras de asentarse con proyecto alguno. Tal proyecto, centrípeto por definición, se convierte en lo contrario, un efecto centrífugo del mismo.  La propia iniciativa privada ve, con desconfianza, cada paso irreal que pretende dar el Ejecutivo. El mercado interno se constriñe en vez de la expansión cacareada desde sus inicios. Las finanzas, sin muletas paracaídas, son afectadas de facto por factores tanto externos como internos y el Banco de México traga saliva y aniquila las grandes reservas que se presumían ante el mundo financiero internacional. La Salud decae, sin insumos adecuados, sin fondos bien realizados, La educación sigue entrampada en una falta de inversión tanto económica, como de contenido. La escasa marea de efectos industrializadores se desconcentra hacia ciudades diversas dejando en ciernes un centro vital, en lo político, a cargo de la brutal Ciudad de México, Dirigida ésta, no por políticos con proyecto sino por esa mezcla ecléctica de sueños versus realidades, provocando serias contradicciones entre soluciones aparentes y sus efectos, aún peores que las causas que se busca remediar, sobre servicios y reducción del bienestar, que quedan a cargo del ineficaz GDF. Incluso en lo político, la falta de tablas se transparenta en la incapacidad de dar su propia ley a la gran ciudad.
No hay otro adversario al círculo de los pinos que el propio círculo de los Pinos, se han ganado y comprado a la oposición domésticada gracias a las prebendas, sueldos y cuotas. En todos los ámbitos, sus decisiones causan escozor, levantan conciencias en su contra, eximen de razón y lógica a sus gobernados y se ganan rencor. Transitan a la búsqueda de una legitimidad perdida en la basura de su propio ego. Sea pues el cauce de esa inversión hacia lo centrífugo, si siguen en la ceguera de distanciarse de las realidades, de la gente, de la vida cotidiana. Ellos mismos se convierten en sus mejores enemigos... Ya basta de estar jugando con herramientas y poderes que ni ellos mismos saben usar y que han provocado el cisma de las propias instituciones, en las que cada vez creemos menos, si es que creemos aún en ellas. La unidad de un frente común se ve distante aún, nos faltan demasiados que ya no están, que nos han desaparecido, que nos han matado. la indignación, el rencor y el encono tal vez se puedan convertir en algunos pilares de unidad, de vida, de futuros que son necesarios para construir ese otro México que anhelamos cada vez más ciudadanos, cada vez mas rebeldes, cada vez más fustigados y golpeados, que aprendemos a levantarnos de nuevo por nuestros hijos y por todos aquellos que vendrán, crecerán y vivirán en ese algo, mucho mejor que lo que tenemos ahora y que aún debemos construir.