3 jun 2012

Meditando durante esa alegría por el despertar de la juventud...

  Coincido en esencia con la opinión expresada por Germán Álvarez (investigador del cinvestav) cuando menciona:"La alegría que nos produce ver a miles de estudiantes movilizarse debería servir para reforzar nuestra capacidad de reflexión y análisis. Creo que debemos hacer un esfuerzo importante para no dejar que la emoción impida observar el curso de los acontecimientos con el máximo esfuerzo de objetividad que nos permite nuestra humana condición."
  Si bien es cierto que hasta ahora existe una fuerte tendencia, particularmente en espacios editoriales, publicaciones y blogs personales, todos en mayor o menor grado identificados con la izquierda, a magnificar, simplificar y generalizar muchos significados o presuntos impactos de dicho movimiento, surgen también numerosos análisis empíricos y tendencias a generalizar la posible y esperanzadora influencia del  creciente movimiento estudiantil #YoSoy132 al conjunto de la sociedad.
  De ninguna manera se puede menospreciar los ya notorios logros y avances o su impacto en los repentinos cambios que el movimiento ha traído consigo en  las coberturas de los medios informativos, particularmente las grandes cadenas televisivas, así como en el viraje del epicentro de los mensajes del candidato que representa el regreso del "viejo régimen" y la contra-réplica que a este giro han articulado en forma inteligente los jóvenes del movimiento, muchas otras de las demandas del movimiento #YoSoy132 comienzan a topar con concepciones inmovilistas y rígidas de quienes encabezan instituciones, incluso "ciudadanas", como es el IFE.  Otras tantas de las demandas deberán también pasar por una construcción de alternativas concretas con objeto de dar ese largo alcance a la vida real del propio movimiento. 
  Para muchos, es cierto, existe el riesgo de esa llamada "embriaguez" que surge sin duda de la confusión entre deseos y realidades. Esto es tanto más cierto cuando observamos que conforme crece y aparecen esos miles de estudiantes movilizados a lo largo y ancho del país las encuestas muestran un repunte de Andrés Manuel López Obrador. Por asociación de ambos efectos se tiende a desprender en forma idílica que entonces el triunfo está asegurado para las fuerzas progresistas. Sin embargo desconocemos aún el verdadero impacto que ambas situaciones tendrán sobre ese amplio porcentaje de electores que aún no decide, o sobre ese desconocido porcentaje que no se anuncia en encuestas de quienes se rehusan a contestarlas. O lo que es más, la acción en contrario que ejercerán las campañas sucias de los demás candidatos. Todo ello, desde mi personal punto de vista, da aún más valor a ese caracter libertario inherente al movimiento estudiantil. 
  Es cierto que la explosiva cantidad de encuestas redunda en la falta de credibilidad en las mismas. Hoy es notorio observar que numerosas empresas y consorcios contratan encuestradores a diestra y siniestra, las más de las veces en beneficio de su propia imagen y con ello se distorsiona la presumible objetividad de las mismas.
Es aún imprevisible el efecto a favor o en contra que pueda tener, por ejemplo el avance del movimiento estudiantil entre los diversos sectores para la inducción hacia el voto de la ciudadanía. Hoy se ha mostrado como un repelente al regreso del "viejo régimen". Pero en gran medida dependerá de la inteligencia, sagacidad, ingenio y compromiso que puedan consolidarse al interior de este movimiento, de su permanencia y pertinencia. Hasta hoy han demostrado esa notable inteligencia al tomar decisiones como el denominado apartidismo, pero contra el regreso del Monstruo del viejo régimen los verdaderos impactos e influencia del movimiento. 
  Aún falta tiempo, y les faltará ese precioso tiempo, y será con la evolución durante ese lapso lo que decidirá cuál será el futuro de tantos y tantos tópicos, entre ellos la vida de muchos movimientos sociales, como el de estos miles de jóvenes que hoy se organizan y se hacen presentes en calles y plazas. 
  Vamos con los jóvenes a aventurarnos, "seamos realistas, hagamos y soñemos con y para hacer lo imposible" (Aludiendo a Julio Cortázar)