Mis ancestros, los Zuinaga Basauri

Nací en una familia que provenía de labradores de ambos lados, devienen en marinos, constructores o políticos y arquitectos en la generación siguiente. Migrantes obligados, o no, combinaban  partes de la exquisitez de la intelectualidad de la burguesía, con gustos y maneras de la pequeño-burguesía europeas. Pero pesaba detrás la derrota, tanto de un autoexilio que había tenido un destino final nunca planeado, como el exilio obligado a desterrarse y en ambos, muy presente,  se encontraba la dificultad del paso del exilio a sentirse y legar el ser miembros de una nueva patria. De cualquier modo eran exilios, con todo lo que conlleva el ser trans-terrados.



ZUINAGA

Del lado de mi padre, Julio Cesar Zuinaga Basauri:

Mi abuelo Melitón Zuinaga Uribechevarría:


FONDO: CONSEJERÍA JURÍDICA Y DE SERVICIOS LEGALES (OFICINA EXTINTA)
SERIE: ASUNTOS MIGRATORIOS

ASUNTOS RELATIVOS A: EXTRANJEROS EN EL DISTRITO FEDERAL,
DOCUMENTO DE MELITON ZUINAGA, NO TIENE EDAD, DE ORIGEN CUBANO,
MECANICO NAVAL, CASADO, RELIGION CATOLICA, DOMICILIO CALLE
AYUNTAMIENTO No. 133, LLEGO POR EL PUERTO DE VERACRUZ, VAPOR
TERESA, EL DIA 15 DE ENERO DE 1916, CARACTERISTICAS DIPLOMÁTICAS
HOMOGENEAS, CONSERVACIÓN DEL SOPORTE EN ALTO RIESGO
ALCALINIDAD POR EXPOSICIÓN A DIFERENTES TEMPERATURAS Y
VARIACIÓN DE HUMEDAD RELATIVA, FOLDER COLOR MARFIL, TINTA ÁCIDA,
REGISTRO 24 DE FEBRERO DE 1932, EXP. 5. 13 FS. CON FOTOGRAFIA.
Melitón Zuinaga Uribechevarría


Mi abuelo Melitón llega al mundo en Bilbao durante el año de 1881 y fallece a los 63 años de edad en la Ciudad de México en 1944. Hijo de Pedro Zuinaga Azcárate, labrador nacido en Deusto en 1844 y Sebastiana Uribechevarría nacida también en Deusto (mis tatarabuelos).



Pedro Zuinaga Azcárate fallece en Deusto el 19 de julio de 1921 a los 77 años de edad. Asiste la familia y la ausencia a este acto de Melitón y Susana, quienes ya viven en México, tiene resonancia, produciéndose un distanciamiento entre la familia local y la de ultramar.
Si bien no tenemos pruebas aún, se entiende que Melitón fue apoyado por su padre Pedro Zuinaga de Azcárate, para irse a estudiar a una escuela de ingeniería naval en Alemania. Al parecer su estancia en Alemania duró más de seis años, tras los cuales obtuvo los conocimientos para ser reconocido como primer maquinista naval, además del dominio de varios idiomas  entre ellos alemán, italiano, francés, inglés que se sumaron al castellano y euskera, en aquel entonces aún escrito como euzkera. Melitón regresa al hogar paterno y en breve busca empleo en Bilbao, como maquinista en buques mercantes.

Melitón tuvo dos hermanos: Roque Leocadio Zuinaga Uribechevarría (mi tío abuelo), mayor que él, que contrajo matrimonio con Cleta de Gamechogoicoechea; y una hermana Lorenza Zuinaga Uribechevarría (mi tía abuela), diez años menor que él. Roque Leocadio Zuinaga Uribechevarría y Cleta de Gamechogoicoechea tuvieron al menos tres hijos, Leocadio Antonio, Gloria e Imanol.

También he encontrado datos de un archivo microfilmado de la parroquia de Santa María de Begoña, Bilbao-Begoña, Vizcaya que dice:

Auto de rectificación de las partidas de bautismo
de Roque Leocadio, Lorenza y Melitón Zuinaga,
hermanos, dado por el Provisor y Vicario General
del Obispado de Vitoria, Ignacio Hernández, en los
libros de bautizados 15 y 16 de la de la iglesia de
Santa María de Begoña. 16-10-1894.
1894-1894 0011/ 082 9A-108-10 1327/081-00
9A-109-01


Lorenza nace en Bilbao en 1891 y opta por tomar los hábitos para llegar a convertirse en la reverenda madre, directora del Colegio “Santos Ángeles Custodios”. Lorenza fallece en 1954 en Bilbao.

De ellos, tan solo tengo datos de uno de los hijos probablemente del tío abuelo Roque Leocadio, llamado Leocadio Antonio Zuinaga ¿Gamechogoicoetxea? o Uribe como él mismo se nombró al escribir un libro del que hablo más adelante. Leocadio mantenía correspondencia con mi padre y llegó a visitarle a México en alguna ocasión, probablemente antes de la boda de mis padres. Leocadio peleaba aún su divorcio de una mujer, cuyo nombre desconozco, que vivía en España.



No sé mucho sobre Leocadio Antonio pero tengo estas y otras fotografías de él cuando se enlistó en el ejército de la república como piloto aviador de los aviones rusos con los que la U.R.S.S apoyó al bando republicano durante la guerra civil de 1936. Leocadio volaba uno de aquellos aviones polikarpov llamados “chatos” por los republicanos. También sé que escribió un libro para un concurso internacional de primera novela, el que fue laureado con la recomendación del Jurado –Presidido ese año por Somerset Maugham- para su edición; le libro lleva por título “Tierra Brava”, editado en 1948, en Barcelona y posteriormente editado en 1954 bajo el título “Arriba los Colorados (Gente Brava)”. Muy probablemente su primo Leocadio, a quien mi padre siempre consideró un soñador que amaba la libertad, era considerado “la oveja negra” del clan de los Zuinaga que permanecieron en Bilbao, las familias de mis tíos abuelos Roque Leocadio e Imanol Zuinaga Uribetxevarría y la tía abuela Lorenza.
Dato curioso, existe un registro en el Archivo General de la Nación, con fecha de entrada el 22/02/1928 a México, de un Leocadio Zuinaga Camacho, nacido en 1904. “Originario de España, España” y proveniente de Bilbao, según el archivo del Departamento de Migración de la Secretaría de Gobernación.

He encontrado también la siguiente ficha en Internet:

El Jurado, presidido por Somerset Maugham, emite fallo en Madrid.

Madrid. – En un típico restaurante y en un ambiente de gran expectación, se reunió anoche el jurado formado para conceder el Premio Internacional de Primera Novela 1947, instituido por el editor barcelonés José Janés. El jurado presidido por el escritor inglés Somerset Maugham, lo formaban los señores Eugenio d´Ors, José María de Cossío, Walter Starkie y Fernando Gutierrez, que actuaba como secretario. El fallo ha otorgado, por unanimidad los siguientes premios:
Primer premio de 20 000 pesetas a la novela “Turris Eburnea, de Rodolfo L. Fonseca, de Montevideo. Dos segundos premios de 10.000 pesetas cada uno a las novelas “Sombras Viejas”, de F. González Ledezma, y “Sis o set sirenes”, de Mario Gifreda.
También ha recomendado la compra y edición de las siguientes novelas: “This other Edén” de Kstherin gaskin; “La tierra Brava, de Leocadio Antonio Zuinaga Uribe; “Adorable loca”, de Pedro Bóltes, y “El pont levadís”, de Ramón Planas.
Diario La Vanguardia, 7 de mayo de 1948

Durante una de mis visitas a Bilbao, busqué en el directorio de teléfonos del hotel en que me alojé y me logré comunicar con alguno, ahora lo sé, de los hijos del tío abuelo Leocadio, probablemente Imanol, quien me sugirió vernos en algún restaurante cuyo nombre no recuerdo.
Yo arribé con breve retraso a esa cita y me encontré con alguien de edad semejante o mayor que mi padre, en quien que no descubrí rasgo alguno de semejanza con mi padre o mi tía, su hermana, salvo tal vez una calvicie que apenas asomaba. Creo, según recuerdo, que aquél personaje apenas me dejó colocar algunas palabras durante la charla. El sí parecía saber quién era yo y se escabullía cuando le pregunté por sus orígenes y datos sobre más parientes en el país vasco. Llegamos rápidamente a un punto en el que me preguntó si yo conocí a Leocadio quien ya había fallecido en Caracas, Venezuela, tres años atrás de aquél momento. Al responderle que yo había acompañado a mi padre a Caracas para visitarle en el hospital adonde llegamos  tarde, apenas unas horas después de su fallecimiento, aquel hombre al que sentí muy lejano, me comenzó a acosar con preguntas sobre la herencia, dinero, propiedades o joyas, que pudiese haber dejado Leocadio. El giro en su plática me desagradó enormemente y me limité a responderle con la verdad, mi padre dispuso que las pertenencias de Leocadio deberían quedarse con su mujer, una hermosa mujer venezolana que le había amado y cuidado durante los años que éste vivió en Venezuela y con quien tenía una hija llamada Soraya quien mantuvo años después correspondencia con mi padre. Yo tenía quince años y no llegué a verlas durante esos días en Caracas, mi padre seguramente sí.

La atmósfera sin duda se tensó en aquella entrevista entre Zuinagas y me parece que fui yo el que adujo una cita inmediata con alguno de los familiares de mi madre. No recuerdo bien, pero aquel hombre se levantó del banco sobre el que estaba sentado, tomó su gabardina y se retiró sin decir palabra alguna. Sobraba actitud para que yo cejase en mi empeño por saber más sobre los Zuinaga que residían en Bilbao, estaba yo encabronado con la actitud de aquél hombre del que ni su nombre recuerdo.

BASAURI

Mi abuela paterna, Susana Basauri Olañeta:
Natural de Bilbao, Vizcaya, nace en 1892 y fallece a los 58 años en 1950 en México D.F. poco antes del matrimonio de su hijo Julio Cesar con Julia Bilbao Durán, de modo que tenía al menos tres años de fallecida cuando yo llego a este mundo.


Susana Basauri Olañeta (Mi abuela)
y su hija Gloria(mi tía)

Consta en acta:
nace el 25 de mayo de 1892, Juan Basauri (mi bisabuelo), de  oficio calderero, de veintisiete años, la presenta ante la autoridad civil y la legitima como su hija y de María Olañeta Basauri,(mi bisabuela ¿no estaba presente?) de veintiséis años, y nieta paterna de Ignacio Basauri, (mi tatarabuelo) natural de Elgueta y Brígida Esturo(mi tatarabuela), natural de Abadiano, y nieta materna de Manuel Ma.Olañeta (mi tatarabuelo) y Francisca (¿o Justaya?) Basauri (mi tatarabuela), expresaban que a la niña se le pondría el nombre de Susana”

Susana se había aventurado, junto a su hermana Gloria, siguiendo a su padre Juan Basauri y Esturo hacia la Habana, Cuba. Sabemos que salieron de España (desde algún punto de Vizcaya, probablemente Bilbao) a principios del siglo XX en busca de mejores oportunidades rumbo a la Habana, Cuba. Ignoro si hubo ya una expectativa concreta, ya que obra en mi poder un papel que refiere la propiedad, a nombre de mi bisabuelo Juan, de una hacienda en Cuba.

  


Gloria Basauri Olañeta, (fallece en la Habana, Cuba en 1920)

Gloria Basauri Olañeta fallece (desconozco aún el motivo) en La Habana, Cuba, como consta en un documento de compra de metros de terreno, en un cementerio, por parte del bisabuelo Juan, para enterrar en dicho lugar los restos de su hija Gloria en 1920.


   

    Juan Basauri Esturo y Azcárate


Según mi padre, su abuelo materno, Juan Basauri y Esturo, debió salir de España por verse acosado debido a su pensamiento y acción  separatista. Yo ahora tengo mis serias dudas sobre ello, ya regresaremos sobre ello más adelante.
Juan Basauri  nace en Bilbao en 1868, hijo de Ignacio Basauri y Brígida Esturo (éstos naturales de Elgueta, Guipúzcoa, y Abadiano, Vizcaya, respectivamente), fallece en la Ciudad de México, el 16 de Septiembre de 1940, a la edad de 72 años.



Mi bisabuelo Juan era viudo, su mujer María Olañeta y Basauri, nacida en 1866 en Elgueta, Guipúzcoa, había fallecido ya por causa de una hemorragia cerebral el 20 de diciembre de 1911. María Olañeta Basauri era hija de Manuel Ma. Olañeta y Justaya Basauri (“Justa”, pero en el acta de Susana se menciona como su abuela materna a Francisca y no Justaya,), mis tatarabuelos, ambos naturales de Elgueta, Guipúzcoa
      
Cabe subrayar que llama la atención el hecho de que en el acta de defunción de María Olañeta se menciona:
“En vista de esta manifestación facultativa presentada, el Sr. Juez municipal dispuso que se extendiese la presente acta de inscripción consignándose en ella en virtud de lo expuesto por el declarante las circunstancias siguientes. = Que la referida finada estaba casada en el acto de su fallecimiento con Don Juan Basauri y Esturo natural de esta villa (sellos del juzgado municipal del Disto. Municipal del centro-Bilbao.) y vecino de La Habana de cuyo matrimonio deja dos hijos llamados Susana y Gloria = que era hija legítima de Don Manuel Ma.(Olañeta) y Dña. Justaya (Basauri) difuntos= Que nota no haya otorgado testamento”.

La expedición de la copia (conforme con su original) está fechada el 29 de Diciembre de 1924. Y comprende sellos también de la notaría Bilbaína así como del Consulado de la república de Cuba en Bilbao. Intuyo que le fue preciso a Juan Basauri dejar constancia en la Habana de su matrimonio, tal vez por causa de alguna herencia de los Olañeta a nombre de su mujer, lo cual coincide con la opinión de mi prima Gloria Ortega.
De tal manera que María Olañeta Basauri, la bisabuela, fallece (hemorragia cerebral) aparentemente antes de la salida de Juan Basauri y sus hijas de Bilbao.

Juan tuvo, al menos un hermano llamado Pedro Basauri Esturo, probablemente mayor que él. Pedro se dedicó a la marinería y tuvo al menos un hijo al que también llamó Pedro Basauri Artadi, natural de Amorebieta, nacido en 1890 –veintidós años menor que mi bisabuelo- padre, a su vez, de Carmen Basauri a quien tuve el gusto de conocer durante una larga visita a Mundaca en 1974.
Pedro Basauri Artadi fallece en su villa natal, Amorebieta, habiendo sido constructor naval, llegando al grado de capitán de barco y finalmente instalando una tienda de artículos de equipamiento para barcos que heredó uno de sus hijos.

Hace apenas unos días hubiese escrito “Ignoro en realidad los motivos del bisabuelo Juan así como sus derroteros tanto en su vida en Bilbao hasta llegar a Cuba con su familia”. Diversos documentos que guardan las hijas de mi tía Gloria han traído cierta luz, y también notorias contradicciones, sobre distintos detalles tanto en torno a fechas y actividades de los padres y abuelos de la tía Gloria, hermana mayor de mi padre, como diversos datos de las profesiones y fechas de la estancia en la Habana, Cuba.
                                                     


OLAÑETA

Tenemos datos del acta de defunción de Juan Francisco Olañeta Gorrochategui:
 “En la villa de Elgueta del ocho de febrero de 1887- causa: reblandecimiento cerebral. Se presentó su hijo D. Felipe Olañeta Ugalde a levantar el acta, también natural de Elgueta de ocupación labrador, mayor de edad y de estado civil soltero. Se alude al finado como viudo de la ya fallecida, Doña María Joaquina Ugalde y Olañeta y a los hijos que ambos tuvieron: Marcelino, Antonia, Juana y el declarante Felipe además de la representación de Dn. Manuel María Olañeta (¿mi tatarabuelo?) y D. Juan Pino Olañeta y Ugalde, éste hijo legítimo de Manuel María y de Doña Juana de Gorrochategui.” (¿No era Francisca o Justaya Basauri su esposa?) Sospecho o mala redacción de esa acta o bien imagino a mi tatarabuelo como un don Juan  ya  que no queda clara la filiación de Manuel Ma.Olañeta (mi tatarabuelo) con el recién finado Juan Francisco, ni con Juana de Gorrochategui y su hijo Juan Pino Gorrochategui.
Aparentemente estos datos se refieren a los familiares de la esposa de Juan Basauri, María Olañeta Basauri, y por alguna razón dichos documentos  son solicitados por el consulado de la República de Cuba y expedidos en 1925 por el Juzgado Municipal de la Villa de Elgueta.

ZUINAGA-BASAURI

Se integra la familia Zuinaga-Basauri:

Melitón Zuinaga, quien era maquinista naval, y para tal efecto había hecho estudios en alguna parte de Alemania años atrás, conoció a Susana Basauri, mi abuela, en una empresa naviera en La Habana, Cuba, en la que ella trabajaba.
Acorde con algunas de las charlas que sostuve con Gloria la hermana de mi padre, en parte ratificadas por mi hermético padre quien no era afecto a comentario alguno sobre su vida previa y sus antepasados, Melitón conoció a Susana en Cuba y se casan en La Habana. Poco después, ya casados, Melitón abandona la carrera de marino y solicita un puesto en la empresa “Petróleos El Águila”, cuyos buques tanque probablemente arreglaba, que llevaba tiempo ya asentada en la república mexicana.

Melitón Finalmente desembarca en el puerto de Veracruz en 1916 según consta en  la Consejería Jurídica y de Servicios Legales de la institución dependiente de la Secretaría de Gobernación que controlaba la extranjería en la Ciudad de México adonde aparentemente oficialmente residía la familia ya que Melitón, dado su trabajo residía principalmente en Tamaulipas, incluso en 1926 cuando nace mi padre en la capital, la ciudad de México, su segundo hijo.

La historia de Melitón y Susana, de acuerdo con lo poco que comentaba mi padre sobre su familia y su pasado, era una historia de amor de ensueño. Según esto, se habrían conocido en una empresa naviera en la que trabajaba Susana en La Habana, maravilloso puerto de la isla de Cuba en el que residía Susana junto a su hermana Gloria y el padre de ambas Juan Basauri Esturo de Azcárate- o de Esturo como solían regodearse muchos vascos con la imaginería de su origen divino- de profesión armador naval.
Melitón seguramente había desembarcado en la Habana tras su trabajo en algún navío mercante, de alguna manera se conocieron y éste quedó prendado de la joven Susana Basauri Olañeta.
No tenemos claros datos del por qué de la salida hacia la Habana de la familia de Juan Basauri, pero sabemos que Melitón se las arregló de alguna manera para visitarles en varias ocasiones en la Isla de Cuba. Probablemente trabajando en líneas marítimas que hicieran el trayecto hacia la Habana dado que se especializaba como primer maquinista naval, dato acorde con los muy escasos papeles que hemos podido recabar sobre él.

Melitón y Susana “contraen” (me disgusta un tanto este término usado comúnmente para tal efecto, siempre me pareció más apto para hablar de contagio de enfermedades...) matrimonio en la Habana el 19 de Agosto de 1981. Melitón tenía entonces 40 años de edad y Susana 25, ambos vivían en la calle de Concordia 152, en la Habana.

Existen algunos datos que permiten entender que Melitón solicitó al gobierno cubano la nacionalidad cubana ya que consta en documento que en 1916, cuando arriba a la República mexicana por el puerto de Veracruz, se registra con nacionalidad Cubana.
Emigran a México tras la renuncia de Melitón a la marinería y el ofrecimiento de un empleo como “director de campo” en Tampico por la empresa “Petróleos El Águila”. Esta Compañía inglesa se asienta en la república mexicana.
Desembarcan en Veracruz y se trasladan al puerto de Tampico, Tamaulipas, donde nace, en 1925, la mayor de sus dos hijos Gloria María. Posteriormente, dado lo inclemente del clima (según refiere en sus escritos la tía Gloria), Melitón envía a su mujer y a su hija a residir en la Ciudad de México con su suegro Juan Basauri, quien había conseguido hacerse de una sociedad en un taller de mecánica automotriz.
Sin embargo Susana, probablemente desde que “pide” a Melitón su traslado a la Ciudad de México, bajo pretexto del pésimo clima del área de Tampico, lleva ya consigo la idea de montar un negocio propio. Muy probablemente no le dice nada de ello a Melitón a sabiendas de que éste se negaría. Llegadas Gloria y Susana a la ciudad de México, Susana comienza a preparar lo necesario para instalar un taller de costura en la casa.
Me suele dar por echar a volar la imaginación en este asunto e imaginarme a Susana teniendo un pleito “de aupa” con Melitón al descubrir éste, en alguna de sus primeras visitas a la ciudad de México para estar con su familia, que en la casa tenían un taller de costura.
Las visitas de Melitón a la familia, si bien no eran tan frecuentes (la tía Gloria escribe que las visitas de su padre se distanciaban en ocasiones por más de cuatro o cinco meses), contribuyeron con un nuevo embarazo de Susana. Es así que arriba a este mundo Julio Cesar, mi padre, en la ciudad de México el 8 de Octubre de 1927.
           
 Los ingresos de la familia debieron mejorar con ambos ingresos, el que tenía el bisabuelo Juan Basauri que había conseguido comprar parte de un taller de mecánica automotriz y el sueldo de Melitón Zuinaga como especialista y “director de campo” operando máquinas varias y realizando labores de bombero especializado en las perforaciones de la compañía petrolera.  
                  
Sin embargo, al final de la década de los años treinta la empresa petrolera se vio enormemente afectada tras la llegada a la presidencia de la República del General Lázaro Cárdenas, las empresas petroleras extranjeras en México estaban enclavadas en un sector considerado por el nuevo Gobierno como estratégico para el crecimiento nacional y era más que probable que se sucediera una nacionalización y estatización de dicha industria. Seguramente ante ello, en un selectivo intento de minimizar sus actividades indemnizó a muchos de sus empleados, así Melitón, empleado de “Petróleos el Águila” fue indemnizado y la liquidación significó un cierto número de monedas de oro macizo.
            

La versión que tenía la tía Gloria abunda en que la nueva compañía de Petróleos Mexicanos recién creada por el Gobierno le ofreció la opción de mantener su cargo en la empresa pero que fue el propio Melitón quien consideró, dada su edad, el ya no ser recontratado y vivir con su familia sin tener que viajar con tanta frecuencia. Lo anterior tal vez no parece tan factible ya que Melitón parece haber caído en una depresión tras aquellos hechos de la liquidación por parte de la empresa.


Melitón Zuinaga, Susana Basauri
y la primera hija de ambos, Gloria

Para aquél entonces mi padre debió tener escasos doce años de edad y probablemente una considerable parte de la imagen paterna la representaba también el abuelo Juan Basauri quien vivía con ellos en la Ciudad de México.
Tenía fama el bisabuelo Juan de ser alguien “echao palante”, simpático y sagaz, y en esta fotografía al menos, si bien no deja ese aire protocolar para su apariencia frente a una cámara, es ya notorio que el fotografiarse con los nietos sea algo importante para él, ya sea como algo para legarles o bien una muestra más del cariño que les tenía.
Difícil saber la forma de pensar que tenía el bisabuelo Juan. Si me atengo a lo poco que supe de mi padre, era un hombre cariñoso, un caballero en su vestir y con gran sentido del humor y “capaz de arreglar construir, armar o desarmar cualquier cosa”. Por cuanto a las alusiones a su “separatismo vasco” no he sabido de ningún acercamiento de su parte a asociaciones o centros en los que se solía reunir la comunidad de vascos en la capital de México, que no eran pocos. Por otra parte, si hubiese formado parte de las corrientes políticas que emanaron del periodo en que tiene de nuevo auge el “separatismo extremista y católico”, encabezado por Sabino Arana y Goiri, es más probable que hubiese puesto a sus hijas nombres equivalentes en el euskera que ampliaba constantemente el Sabinismo o Aranismo en afán de unificarlo como idioma vigente y actualizar sus conceptos o fabricar miles de neologismos (por ejemplo, en vez de Gloria sería Aintzane). Claro que había diversas interpretaciones y corrientes dentro del separatismo vasco. Tampoco era un hombre que asistiese a misa hasta donde yo sé.


Juan Basauri y sus nietos Julio y Gloria Zuinaga Basauri
Juan Basauri en la entrada de su taller automotriz.








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