21 mar 2015

Efecto centrífugo, la paradoja

La obsesiva estrategia, trunca por cierto, del Gobierno de EPN para hacerse de las riendas de todas aquellas políticas que están consideradas en el magro proyecto del grupo inmediato a la presidencia es, simple y sencillamente, un juego de mesa en el que la silla presidencial busca afanosamente hacerse de las riendas de antaño, teniendo en manos de los pinos toda decisión de importancia en todos los campos. Para su pesar, el proyecto de regreso a ese presidencialismo, base del priismo de veinte años atrás, no ha estado bien orquestado y no hay quien tenga idea de como dirigirlo. La casta, sin casta ni tablas, sentada alrededor de la silla presidencial tiene obtusas y poco prácticas maneras de asentarse con proyecto alguno. Tal proyecto, centrípeto por definición, se convierte en lo contrario, un efecto centrífugo del mismo.  La propia iniciativa privada ve, con desconfianza, cada paso irreal que pretende dar el Ejecutivo. El mercado interno se constriñe en vez de la expansión cacareada desde sus inicios. Las finanzas, sin muletas paracaídas, son afectadas de facto por factores tanto externos como internos y el Banco de México traga saliva y aniquila las grandes reservas que se presumían ante el mundo financiero internacional. La Salud decae, sin insumos adecuados, sin fondos bien realizados, La educación sigue entrampada en una falta de inversión tanto económica, como de contenido. La escasa marea de efectos industrializadores se desconcentra hacia ciudades diversas dejando en ciernes un centro vital, en lo político, a cargo de la brutal Ciudad de México, Dirigida ésta, no por políticos con proyecto sino por esa mezcla ecléctica de sueños versus realidades, provocando serias contradicciones entre soluciones aparentes y sus efectos, aún peores que las causas que se busca remediar, sobre servicios y reducción del bienestar, que quedan a cargo del ineficaz GDF. Incluso en lo político, la falta de tablas se transparenta en la incapacidad de dar su propia ley a la gran ciudad.
No hay otro adversario al círculo de los pinos que el propio círculo de los Pinos, se han ganado y comprado a la oposición domésticada gracias a las prebendas, sueldos y cuotas. En todos los ámbitos, sus decisiones causan escozor, levantan conciencias en su contra, eximen de razón y lógica a sus gobernados y se ganan rencor. Transitan a la búsqueda de una legitimidad perdida en la basura de su propio ego. Sea pues el cauce de esa inversión hacia lo centrífugo, si siguen en la ceguera de distanciarse de las realidades, de la gente, de la vida cotidiana. Ellos mismos se convierten en sus mejores enemigos... Ya basta de estar jugando con herramientas y poderes que ni ellos mismos saben usar y que han provocado el cisma de las propias instituciones, en las que cada vez creemos menos, si es que creemos aún en ellas. La unidad de un frente común se ve distante aún, nos faltan demasiados que ya no están, que nos han desaparecido, que nos han matado. la indignación, el rencor y el encono tal vez se puedan convertir en algunos pilares de unidad, de vida, de futuros que son necesarios para construir ese otro México que anhelamos cada vez más ciudadanos, cada vez mas rebeldes, cada vez más fustigados y golpeados, que aprendemos a levantarnos de nuevo por nuestros hijos y por todos aquellos que vendrán, crecerán y vivirán en ese algo, mucho mejor que lo que tenemos ahora y que aún debemos construir.

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