3 ene 2013

Episodio Citadino Num. 2


EPISODIO 2
DEL 22 DE NOVIEMBRE ... HASTA LA FECHA
"Conectarse a las redes"

Xavier González Aute trabajaba como editor en las páginas web de diversas empresas pequeñas, su negocio le exigía, dado su buen crecimiento, el poder realizar una módica inversión en nuevos equipos para poder ampliar la base de sus clientes y crecer. Lo anterior hizo que organizara todo para poder vender el departamento en el que vivía y comprar uno apenas más pequeño en una zona relativamente cercana lo que le permitiría mantenerse en el rumbo sur oeste de la ciudad y contar además con un cierto monto de recursos suficientes para ampliar su negocio.
Corría el mes de noviembre, a principios del mismo, cuando finalmente le llamó el empleado de la notaría en la que firmaría la compra del nuevo departamento. Toda vez que la dueña del mismo tenía aún pendiente de finiquitar dos asuntos: un pago final de una hipoteca sobre el mismo, o de corroboración de dicho pago por parte del banco, la fecha de firma de compra-venta del departamento se había venido postergando en tanto no fuese corroborado en papeles la liquidación del mismo, y por otra parte un adeudo considerable del pago de luz. Ese primer requisito había complicado a Xavier la posibilidad de mantener una posibilidad de seguir editando a distancia, en línea, las obligaciones que había contraído con sus clientes, por lo que tuvo que hacer maroma y media hasta poder conseguir rentar un lugar al cual movilizar parte de sus equipos a fin de continuar con sus actividades comerciales sin mayor dificultad. Tuvo también que conseguir el poner el resto de su "menaje" de casa en una bodega durante el tiempo necesario para que le entregasen su nuevo departamento. Lo cual le permitió darse cuenta de todo aquello que había acumulado durante años, lo que le metió en una dinámica de selección en torno a todo aquello que estaba, o no, dispuesto a abandonar o vender en su caso. Aunque ello no lo tomaremos tanto en cuenta para lo que nos interesa relatar, pero si nos da una idea de cuan organizado y qué tanto basaba en su vida previa su entorno.
Finalmente instalado en una residencia que comúnmente se solía rentar a académicos u hombres de negocios que venían a la Ciudad de México para permanecer al menos un par de semanas en ella, logró sus primeros objetivos de cumplir a cabalidad las entregas y actualizaciones de los paginados web de sus clientes.
Ya finiquitado el pago de la hipoteca por parte de la anterior dueña y recibido el papeleo que así lo hacía constar por parte del banco respectivo, la notaría aceleró la firma del contrato de compra-venta constando también el pago pendiente del servicio de la luz a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En esa firma, Xavier se enteró también del cierre de contrato que había sido solicitado por la anterior dueña tras cubrir todo el adeudo que su inquilino había dejado tras de sí.
Tras la firma y la entrega de llaves de su nueva propiedad Xavier aceleró la segunda mudanza de todo su "menaje" doméstico a su nueva residencia. Apenas terminado éste traslado, y teniendo aún en cajas la gran mayoría de sus pertenencias, Xavier se apersonó el día 22 de Noviembre en la misma oficina de la CFE en la que la anterior dueña había cerrado y finiquitado el saldo de su anterior contrato, a sabiendas de que las oficinas de CFE de la Delegación en la que se encontraba su nuevo departamento estaban siendo remodeladas y, por lo tanto, cerradas; Xavier había entonces decidido ir a aquellas en las cuales se había tramitado el cierre y finiquito de saldo del anterior contrato de la luz. Así lo hizo el día 22 de Noviembre...
Fue agradable el poder observar que aquellas oficinas al interior de una plaza comercial denominada "Plaza Inn" estaban prácticamente vacías cuando llegó, ya que eso podía hacer más rápido el trámite. El guardia que estaba encargado de dar acceso a las personas que llegaban a realizar algún trámite distinto del pago, mismo que se realizaba en el área de cajas, le dio acceso al área de trámites. Se sentó frente a una joven mujer la cual le solicitó algún comprobante del anterior contrato, el que afortunadamente le había sido entregado durante la firma final en la notaría. Aquella joven le fue haciendo preguntas a Xavier y llenaba datos en la pantalla de su computadora la cual quedaba de espaldas fuera de la vista de Xavier. Tras cinco o seis minutos de preguntas aquella joven le entregó una hoja recién impresa conteniendo, según ella, los datos de todo el trámite. Escasamente serían quince renglones en letras pequeñas, y Xavier procedió a leer entre garabatos extraños los datos que contenía para evitar algún error. El nombre y dirección eran correctos aunque estaban compactados debido al pequeño número de dígitos que aparentemente tenía el formato para llenar dichos campos. Lo único sobre lo que dudaba Xavier eran los nombres de las calles colindantes que aquella joven había transcrito de la copia de un recibo previo, recibo que correspondía al anterior medidor de la anterior cuenta, en realidad no había tenido la curiosidad de ir a averiguar los nombres de esas calles. Se leían después secuencias relativamente largas de números sobre las cuales preguntó y obtuvo como respuesta que la primera era el número de reporte y la segunda era el numero de contrato nuevo. De todas maneras a Xavier se le hizo extraño que no le pidiesen siquiera su firma, tan solo su nombre, así como la estructura compacta del documento impreso, con los extraños renglones llenos de garabatos. Recordó las nuevas versiones repletas de garabatos de las actas de nacimiento, mismas que había tenido que sacar días antes a pesar de contar aún con más de seis copias de las versiones originales, que constituía uno de los requisitos para llegar a firmar el acta en la notaría.
- El tiempo promedio para que llegue la cuadrilla a instalarle el nuevo medidor es de tres días hábiles. Asegúrese de tener lista la instalación de acuerdo a las normas para instalarlo -comentó aquella joven mujer.
 Xavier se sintió relajado tras ese comentario ya que había adquirido el "Kit" de instalación en la ferretería y lo había hablado y entregado a la persona que hacía ese tipo de arreglos en el propio condominio donde se encontraba su nueva residencia, de manera que por ello no tenía ya que preocuparse.
Se retiró de aquel lugar y acto seguido se dirigió a las oficinas de Telmex para avisar su cambio de residencia y el traslado de su línea a la nueva dirección. El trámite fue sencillo y quedaron en instalarle el día 24 del mismo mes su propia línea telefónica en el nuevo domicilio, con el mismo paquete de acceso a Internet que él había contratado desde años atrás. Justo antes de retirase de las oficinas de esa empresa el empleado que lo había atendido le comentó "tal vez su señal de Internet sea un poco más lenta, en esa nueva zona, tenemos menor cobertura en esa área"... tal aviso crecería en su mente como un potencial problema conforme Xavier se dirigía a su nueva residencia. Armó mentalmente alguna opción rápida, un plan B, para asegurarse de una buena conexión con alguna otra empresa que le brindase el servicio con la intensidad y velocidad necesarias. Finalmente sería sencillo y solo actuaría en caso de ratificar dificultades en su conexión...
Xavier tan solo hizo una escala más en camino a su nuevo hogar, se detuvo a comprar una caja de velas dado que aún no contaba con la conexión eléctrica... 
Ya estando en casa el sueño se apoderó de él teniendo la tranquilidad de que los servicios que más requería no tardarían sino escasos dos o tres días en tenerse instalados.
Durante la mañana del día 24 llegaron a instalarle la línea telefónica solo que aún no había luz disponible por lo que tan solo se pudo corroborar la instalación mediante un aparato que opera sin necesidad de conectarse a enchufe alguno. Por lo mismo no se pudo comprobar tampoco si habría, o no, una conexión a redes a través del ruteador domiciliario que tenía Xavier en su poder y que sí requería de ser conectado a alguna fuente de energía... El resto del día las actividades de Xavier oscilaron entre llamadas a la Comisión Federal de Electricidad para apurar la instalación de su medidor y aprovechar la luz del día para ordenar muebles así como los contenidos de varias de las casi 60 cajas en las que tenía sus pertenencias.
Día 25 de Noviembre.
Tras una nueva llamada a la CFE, optó por hablar a la empresa ante la que tenía contrato de televisión por cable, misma que había quedado en llegar a instalar y conectar sus aparatos el día 26 de Noviembre. Xavier preguntó si ellos tenían alguna buena cobertura en esa zona para su servicio de Internet. Ante la respuesta positiva del empleado de la misma Xavier no vaciló en solicitar ampliar su contrato con el servicio de conexión a redes de dicha empresa. El asunto quedó en que sería el día 26, junto con la instalación de sus aparatos de televisión, que esa empresa le conectaría también el nuevo ruteador para conectarse a redes.
La supuesta vigencia de un reporte de conexión y nuevo contrato con la CFE era de tres a cuatro días hábiles de acuerdo con lo que le mencionaban los recepcionistas telefónicos de la propia CFE. De manera que al pasar dichos días hábiles ( y la CFE se precia de que tiene todos los servicios los 365 días del año y las 24 horas) hay que volver a hablar, en caso de que el servicio no hubiese sido conectado. Obvio, le dieron a Xavier un nuevo número de reporte desde ese mismo día 26, a las diez de la mañana.
Por la tarde llegaron los instaladores de la compañía de Cable Televisivo. Como aún no había conexión de luz, uno de los técnicos se dirigió al área en la que se encontraban las cajas y medidores del condominio y habiéndloa revisado le preguntó a Xavier si deseaba que le armase una conexión momentánea para probar la señal tanto televisiva como de conexión a redes. Prudéntemente Xavier se comunicó con la administradora del condominio y le solicitó el poder conectar provisionalmente la línea de su departamento a una de las áreas comunes del propio condominio, toda vez que le aseguró pagaría cualquier aumento en el costo de luz que ello pudiese implicar en las áreas de uso común. La administradora del condominio aceptó en esos términos efectuar tal conexión. Xavier acetó a su vez el ofrecimiento amable de aquél técnico y en breve tenían ya luz en su departamento. Los técnicos hicieron lo suyo y  además de conectar las dos televisiones de Xavier conectaron también un ruteador domiciliario de la empresa con el que Xavier pudo al fin conectar una de sus computadoras a Internet. Y se hicieron visibles la imagen y la red.. y con ellas la luz. Aleluya!
... Han transcurrido 42 días desde ese 22 de Noviembre de 2012. Xavier sabe ahora que la CFE intentó, hacia finales de Noviembre, hacer la conexión en una ciudad al norte del país cuya calle lleva el mismo nombre que aquella en la que vive Xavier. La CFE alega que nunca contestaron en el número de teléfono celular que se les había dado para avisar de su llegada a ese lugar. ¿En otra zona muy al norte de la república Mexicana? ¿Acaso no sirve dar el nombre de la entidad federativa, la Delegación en dicha ciudad, el código postal del área? De todas maneras Xavier corrigió con ayuda de aquellos que le contestaban el teléfono de la CFE y con los administrativos que se encontró en las oficinas de la CFE de tres distintas delegaciones de la ciudad a las que fue a pedir ayuda para que le conectaran el servicio... También pudo enlazar toda su red local de computadoras y poner al corriente todos los servicios de sus clientes.
Lo malo de todo esto es que, dada la gama de principios y ética que Xavier ha cultivado para sí toda su vida, no debía conectar calentador alguno o el horno de microondas ya que en automático la luz parecía detener su intensidad y lo menos que deseaba era que eso llegase a afectar alguna de las áreas comunes...
Día tras día se realizan llamadas a la CFE, no hay avances ni forma de llegar a otra área, llamémosla de mayor nivel, para exigir velocidad en la conexión del servicio de la preciada Luz...




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