27 jul 2010

Un cuento, casi infantil, sobre un modelo contemporáneo del sistema.

Voy a intentar una excesiva síntesis de lo que es un modelo semi-estático del sistema lo más didáctica posible.
"La pequeña historia de un modelo contemporáneo del sistema, casi estático, armónico y su descomposición ontológica".

Seguir los cánones (reglas o modelos de las mismas) que ha marcado la cultura occidental, particularmente en las leyes que predominan, es y debería haber sido y seguir siendo, a mi modo de ver, una decisión individual. Si bien es el Estado, o en este caso el Gobierno, que se da a sí misma una determinada sociedad es entonces a este a quien corresponde responder o meter al "órden" a quien rompe dichos cánones afectando al resto de la sociedad solapado por el denominado "bien común".
Esos mismos cánones estipulan la reacción de la sociedad hacia aquel o aquellos individuos que han mostrado su confrontación con dichos cánones y afectando a terceros, así la sociedad impone una penalización a quien los rompe, atendiendo a una supuesta ruptura del orden para el que se establecen dichos cánones bien sea como normas, reglamentos o leyes. 
En la sociedad contemporánea coexisten toda una gama de cánones en la vida diaria. Si bien que los códigos y leyes rigen la actuación del Gobierno en relación al comportamiento de los individuos, también lo hacen los cánones de las diversas religiones, los modelos académicos sean estos de enseñanza-aprendizaje, o de planeación, mercadotecnia, etc. Así, el comportamiento de un determinado individuo queda constreñido en múltiples facetas a una vida individual conforme las normas que establezcan muchos cánones, algunos de ellos incuso ambiguos o contradictorios entre sí. 
En el marco de la cultura y la ciencia, tal vez las grandes excepciones a este pequeño modelo armónico, son precisamente las nuevas visiones, ajenas a las normas, las que conllevan a ir más allá de los cánones, o incluso su ruptura con ellos sin dejar de reconocerles validez, y son las que introducen cambios más trascendentales que terminan por influenciar y penetrar, en formas prácticas los demás ámbitos así introducir las nuevas tecnologías disponibles. 
En este marco se mueven las imágenes-objetivo de lo que la comunidad espera que sean los comportamientos incluso de quienes son electos, en las llamadas democracias, como operarán sus representantes ante el poder así como a quienes eligen para ejercerlo.
De acuerdo con ello la sociedad establece así, mediante los sufragios el balance que tendrá el peso proporcional de las diversas corrientes de opinión ante quienes regularán e intentarán llevar a cabo un determinado proyecto de ajustes y cambios hacia un mayor o mejor bienestar de dicha sociedad a futuro en los siguientes años. ¿Bonito cuento no?
Esta síntesis de los cánones es sin duda estrecha y dista multidireccionalmente de las realidades, particularmente las que atienden al ámbito de lo político y lo empresarial. En estos ámbitos llega un cierto punto en que se afectan los intereses que un cierto grupo de los individuos que los componen, junto con la desmedida ambición del poder y la riqueza que da el tenerlos y las motivaciones para engrandecerlos, truncan toda una gama de las variables propuestas para ese buen funcionamiento del modelo armónico teórico o, en stricto sensu, del capitalismo del "bienestar"... y todo lo demás se descompone, incluso las leyes que comienzan a solapar las componendas entre ambos ámbitos (político y empresarial) al margen del resto la sociedad y éstos buscan hacerse de los medios necesarios para hacer palidecer sus rupturas con los cánones y reglas mostrando sus iniciativas como parte de la gran creatividad de la sociedad moderna, convirtiéndola en un nuevo canon, incluso la llamada componenda (hoy simplemente llamada corrupción). Así, en el ámbito de lo político los representantes electos atienden en forma simultánea sus intereses particulares vinculados a lo empresarial, como futuros miembros de ella, y al poder (procurando una imagen limpia y estóica ante los medios) mientras tienen también el encargo de suavizar la reducción en el bienestar mediante la expedición de normas que aparenten, al menos en las letras, la mejora de las condiciones generales de todos los individuos. Por otra parte, en el otro ámbito el empresarial, se proclama la gran puerta a la modernidad y a una "enorme" generación de nuevos empleos que dará ingresos (sin decir si son suficientes claro) y por lo tanto "bienestar" a grandes sectores de la población ofreciendo incluso nuevos, maravillosos y absurdos productos a su alcance.
Ambos grupos se expanden en sus propios ámbitos pues gozan de mayor influencia. Nuevas normas expedidas los apoyan  y se trastocan los viejos cánones hasta que un día X, esos nuevos cánones simplemente son asumidos como reglas del bien-hacer las cosas y la componenda se generaliza en prácticamente todos los demás ámbitos.

Por supuesto para entender mejor sobre todo esto es mucho más recomendable leer sobre el materialismo histórico, las teorías sobre la plusvalía,  así como sobre el advenimiento del capitalismo de monopolios y el capital financiero. El escrito previo es solo un ejemplo, casi caricatura, de los modelos a los que acuden los cánones de esa macro-economía muy en boga por los académicos del llamado liberalismo económico, de entre las que se destaca el "monetarismo" y el actual modelo armado por el propio Cedillo y Salinas.

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